quinta-feira, 18 de novembro de 2010

Chamada para Artigos: Polis

Convocatoria para escribir en el N° 28 de POLIS
a publicarse en Abril de 2011

Tema del Lente de Aproximación:
Lógicas Colectivas y Nuevas Formas de Politicidad en América Latina


El número 28 de Revista Polis busca abrir un espacio para la producción de reflexiones colectivas, de diálogo entre las ciencias sociales y expresiones ciudadanas, en torno a la “disputa por la construcción democrática”, sus límites, potencialidades y alternativas, desde la perspectiva de la subjetividad colectiva, de los movimientos sociales y la acción colectiva. Polis enfoca la discusión en el marco de los procesos de configuración, estabilización y profundización del orden democrático en América Latina, desde la pregunta ¿De qué manera participan los actores sociales y subjetividades colectivas en los procesos de disputa por la construcción democrática?
Si observamos las últimas décadas en América Latina, específicamente en el Cono Sur, podremos apreciar y ser testigos de la consolidación de las democracias “electorales” y del logro de un grado significativo de estabilidad política. En este contexto,  los estudios de las ciencias sociales, con especial énfasis en sociología y ciencia política, se han enfocado, en la institucionalidad política democrática y la gobernabilidad como temas centrales. Lo anterior ha significado un giro institucional en los estudios sobre la construcción democrática, en comparación a las convulsionadas décadas de los setenta y ochenta, donde la agenda investigativa se orientaba principalmente hacia la emergencia de la sociedad civil, la acción colectiva y a los movimientos sociales, en tanto eran considerados elementos significativos para la recuperación democrática en la lucha ciudadana contra las dictaduras existentes. Sin embargo la agenda investigativa, post noventas, se  enfocó  a los procesos de institucionalización y consolidación institucional de las democracias, eliminado la conflictualidad social de sus enfoques, al punto en que los movimientos sociales, como  las lógicas y acciones de tipo colectivas quedaron fuera de la mirada de las ciencias sociales de los noventa, particularmente del contexto chileno (Espinoza, 2004; De la Maza, 1999).
A la par de estos procesos de “consolidación democrática” -de tipo elitista y representativo-  a comienzos del nuevo siglo se vislumbra un descontento y un malestar creciente de la ciudadanía y la sociedad civil con lo que la “estabilidad democrática” ha permitido lograr (Dagnino, Olvera y Panfichi, 2006). Este malestar se encarna en una serie de movimientos sociales y expresiones colectivas de la ciudadanía presentes en la sociedad civil cuya finalidad es la expansión y densificación de lo público. Para las ciencias sociales, en especial para la sociología, por la apertura de miradas a la antropología política, los estudios culturales y comunicacionales, los estudios feministas o de género, estos procesos de malestar han significado redirigir su preocupación hacia las diferentes formas de expresión y manifestación de las lógicas de acción y subjetividades colectivas, los movimientos sociales y la constitución de actores políticos no tradicionales  que expanden el horizonte de lo político, a través de nuevas formas de expresar su politicidad.
La atención de estos estudios se centra en los procesos conflictuales e inacabados de construcción democrática, es decir en sus disputas, sus déficits y sus deudas, colocando su énfasis en la emergencia de nuevas formas de politicidad y nuevos actores en el campo sociopolítico (Dagnino, Olvera, Panfichi 2006; Sousa Santos y Avritzer 2005; Avritzer, 2002, entre otros). Estos han asumido un protagonismo en la esfera pública porque se ha dado una tensión tanto entre los procesos de estabilización democrática en nuestros países como en la creciente insatisfacción con los logros de tal estabilización por parte de la ciudadanía; así como también por las diversas formas de experimentalismo democrático, a nivel nacional como local, que se han dado en los últimos años en América Latina. De esta manera, los movimientos sociales, las organizaciones ciudadanas y otras lógicas colectivas a través de diversas modalidades creativas, han hecho de esta tensión un asunto que no se puede obviar en la investigación social y menos aún en el de la construcción sociopolítica del orden social. Es el caso, por ejemplo,  de los desempleados piqueteros y las asambleas barriales en Argentina, el MST o los presupuestos participativos en Brasil, el movimiento indígena y los procesos constituyentes en Ecuador y Bolivia, en Chile los movimientos estudiantiles, los movimientos ambientales y los trabajadores subcontratados y por supuesto el zapatismo en México, entre otros.
No obstante todas las formas de movilización social y ciudadanas señaladas, estas no implican necesariamente desechar la democracia representativa, por el contrario invitan a recuperar el experimentalismo democrático como forma de producir la mayor cantidad de demodiversidad posible, en beneficio de su expansión (de Sousa Santos y Avritzer 2005). En otros términos, la articulación de nuevas formas de politicidad con lo existente hasta hoy permite visibilizar los cambios posibles con el objetivo de diversificar, expandir y darle densidad a lo público, a través de nuevas configuraciones sociopolíticas.
Estas articulaciones, que generan configuraciones novedosas, invitan a abordar los procesos conflictuales de construcción democrática y de expansión de lo público, desde subjetividades colectivas y sus lógicas de acción, a través de enfoques que desborden lo meramente institucional para centrarse en la forma en que los actores definen a la democracia y a lo público, sus luchas por la significación de ellas, los imaginarios en juego y las estrategias desplegadas para constituirlas. A su vez, implican para las ciencias sociales ocuparse de los nuevos mapas cognitivos que permitan abordar estos cambios y desplazamientos (Lechner, 2002).
Para las ciencias sociales, esto significa que la complejidad del estudio de las subjetividades colectivas y sus lógicas de acción abre otras posibilidades de estudios, como por ejemplo enfocar el vínculo entre lo político y lo cultural en los movimientos sociales, plantearse el problema de la escala de análisis de las movilizaciones, las diferentes formas de acción colectiva y sus lógicas actuales, la relación entre movilización e institucionalización por parte de los movimientos o las diferentes formas en que se constituyen y configuran hoy los actores colectivos. Se propone discutir sobre estos temas, desde enfoques y posicionamientos que rescaten las dimensiones simbólicas y conflictuales de lo político.
A reflexionar sobre estos temas dedicaremos el número 28 de nuestra revista que estaremos cerrando el 22 de enero de 2011, de modo que solicitamos nos hagan llegar sus colaboraciones antes de esa fecha. Actuará como co-editor de este número el académico Juan Pablo Paredes P, investigador del ICSO de la Universidad Diego Portales. Para posibilitar tu participación envíanos un correo a: aelizalde@ubolivariana.cl y/o ub@ubolivariana.cl. Asimismo para facilitarnos la tarea de arbitraje y edición solicitamos encuadrar estrictamente las colaboraciones de acuerdo a las "Instrucciones a los autores" que se encuentran disponibles en nuestra página web en el link siguiente: http://www.revistapolis.cl/polis%20final/criterios_publicacion.htm)

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